
Tus vientos vírgenes sacuden mis cabellos y me dejan ciega por unos segundos.
Tu tierra pura se acomoda entre mis dedos, simplemente me aferro a ella.
La respiración se hace cada vez más corta.
Ramas golpean mi cuerpo, no importa dónde, no importa cuanto, simplemente lo hacen porque sienten y tienen la necesidad de hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario